La paradoja universitaria: enseñar sin haber aprendido a enseñar

"Un equilibrio ideal entre ambas facetas se logra cuando los docentes universitarios, además de estar altamente cualificados en su campo de estudio, han sido formados en el análisis teórico y crítico de los procesos educativos, en el diseño de metodologías docentes y en la aplicación de estrategias de evaluación acordes con las exigencias del aprendizaje universitario". Raúl Quintana.

En el artículo de Raúl Quintana Alonso publicado el 20 de marzo de 2025, titulado "La paradoja universitaria: enseñar sin haber aprendido a enseñar", destaca la importancia de que los docentes universitarios posean tanto un dominio profundo de su campo de investigación como habilidades pedagógicas sólidas para motivar e inspirar a los estudiantes. Si bien la excelencia en la investigación es fundamental y la obtención del doctorado es el requisito formal para la docencia universitaria, el texto argumenta que esto no garantiza una enseñanza de calidad. A diferencia de otras etapas educativas, la formación didáctica en la universidad suele ser relegada a un segundo plano frente a la investigación, que es el principal criterio para la evaluación y promoción del profesorado. Esta falta de formación específica lleva a muchos profesores a depender de la autoformación y la intuición en su práctica docente, lo cual resulta insuficiente en un entorno de aprendizaje cada vez más complejo y diverso. El texto aboga por integrar de manera obligatoria la formación pedagógica en la carrera académica universitaria, con criterios claros de contenido y evaluación, y por valorar la excelencia en la enseñanza al mismo nivel que la investigación para garantizar una educación de calidad y el futuro de la institución universitaria.

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