Se ha demostrado que defectos en el gen Hox b8 en ratones inducen una conducta compulsiva muy semejante al desorden obsesivo-compulsivo (OCD) que se presenta en los seres humanos. El trasplante de las células normales de la microglia, que se originan en la médula ósea, al cerebro de los ratones que presentan la mutación en Hox b8 mostró que estos restauran el comportamiento no compulsivo. Ello demuestra la relación que existe entre el sistema inmune defectuoso y los desordenes en la conducta.
El artículo completo se encuentra en el último número de Cell, para acceder haga click aquí.
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