Canis familiaris, o el perro doméstico, presenta una gran variedad morfológica, por lo que es apto para estudiar la dinámica en la evolución morfológica.
En una investigación dirigida por el Dr. Christian Peter Klingerber en la cual utilizaron 47 perros adultos y 9 jóvenes, estudiaron la forma del cráneo y el cambio de éste desde el momento en que se sentaron las bases para la determinación racial (1885). Desde ese momento, los criadores han ido seleccionando las características físicas para que sean más parecidas un estándar racial, tales como, el tamaño del cráneo, el ángulo entre hocico y frente que han cada vez más marcados.
Las tasas de cambio morfológico en 120 años de los San Bernardo son similares a las de los peces, pero no a la divergencia de los dientes de mamíferos que llevó millones de años.
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