A pesar de que muchos de nosotros somos portadores de genes que provocan enfermedades, solo unos pocos desarrollan dichos padecimientos. La enfermedad de Crohn por ejemplo, es una enfermedad autoinmune que ataca el sistema digestivo: Más de la mitad de la población alberga al menos una variante genética relacionada con dicha enfermedad, pero sólo una fracción de ellos lo manifiesta.
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que los factores ambientales contribuyen a explicar esta discrepancia, pero no se sabe exactamente cómo. Ahora, un descubrimiento en ratones demuestra que cuando los animales con la variante genética relacionada con Crohn están expuestos a un virus específico, desarrollan características similares a las de las personas con esta enfermedad.
El hallazgo fue un golpe de suerte: El Inmunólogo Thaddeus Stappenbeck y su equipo de trabajo, movían colonias de ratones a un centro de “SuperClean” para mantener a los animales libres de virus que a menudo afectan a los ratones de laboratorio. Los ratones con los que estaban trabajando tenían un gen llamado ATG16L1, el cual eleva el riesgo de la enfermedad de Crohn en los humanos. Cuando los ratones fueron trasladados, dejaron de mostrar alteraciones en sus células intestinales. Los investigadores dirigieron su atención a un sospechoso: un virus llamado norovirus murino, el cual es común en los humanos y también causan molestias gastrointestinales.
Para probar si este virus, podría explicar la diferencia en sus ratones, los investigadores infectaron a ratones con ATG16L1 una cepa particular de norovirus murino, llamado MNV CR6. Después de 7 días, las células de Paneth del intestino mostraron inflamación. Tras estos resultados, los científicos se proponen ahora investigar el mecanismo por el cual, la combinación del norovirus y este gen en particular provocan las anomalías intestinales.
Los científicos esperan que este hallazgo sea sólo el comienzo de muchos que muestren cómo los genes y el medio ambiente se combinan de maneras específicas para producir todo tipo de enfermedades crónicas.
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El hallazgo fue un golpe de suerte: El Inmunólogo Thaddeus Stappenbeck y su equipo de trabajo, movían colonias de ratones a un centro de “SuperClean” para mantener a los animales libres de virus que a menudo afectan a los ratones de laboratorio. Los ratones con los que estaban trabajando tenían un gen llamado ATG16L1, el cual eleva el riesgo de la enfermedad de Crohn en los humanos. Cuando los ratones fueron trasladados, dejaron de mostrar alteraciones en sus células intestinales. Los investigadores dirigieron su atención a un sospechoso: un virus llamado norovirus murino, el cual es común en los humanos y también causan molestias gastrointestinales.
Para probar si este virus, podría explicar la diferencia en sus ratones, los investigadores infectaron a ratones con ATG16L1 una cepa particular de norovirus murino, llamado MNV CR6. Después de 7 días, las células de Paneth del intestino mostraron inflamación. Tras estos resultados, los científicos se proponen ahora investigar el mecanismo por el cual, la combinación del norovirus y este gen en particular provocan las anomalías intestinales.
Los científicos esperan que este hallazgo sea sólo el comienzo de muchos que muestren cómo los genes y el medio ambiente se combinan de maneras específicas para producir todo tipo de enfermedades crónicas.
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Interesate!! Como se meciona en el articulo sabemos que algunas personas en su genoma tienen genes que pueden llegar a provocar ciertas enfermdades y que se pueden desarrollar con ayuda de factores ambientales, pero aun no se sabe como se da esta relacion. Por lo que gracias a estas investigaciones se podria llegar a conocer la interaccion entre estos factores con los genes y encontrar una posible cura a enfermedades, hasta ahora incurables o bien tratar de evitarlas.
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