Cuando era joven grabó un vídeo sexual con su ex-pareja, esta persona realizó el contenido digital de tal forma que únicamente apareciera el cuerpo de Olimpia en el vídeo.
Fue esta misma persona quien difundió el vídeo a través de la app de mensajería instantánea WhatsApp, después se difundió en Facebook.
Olimpia fue acosada y recriminada por un acontecimiento que ella no concientizó, que ella no permitió ni autorizó. Ella no podía ni siquiera salir de casa o a la escuela por el sentimiento que sentía de culpa, intentó suicidarse al menos tres veces. La familia de Olimpia descubrió una tarde de películas el vídeo, sin embargo fue su madre la primera en decirle que no era su culpa, que luchara.
Olimpia conoció un grupo de apoyo donde se dio cuenta que muchas mujeres habían pasado por lo mismo que ella, abuso por parte de la persona en la que confiabas, violencia por parte de las personas que compartían y veían el vídeo, fue en ese momento que decidió ponerle un alto, decidió ir a levantar una denuncia en donde únicamente le dijeron que como había sucedido bajo consentimiento el vídeo no se podía hacer nada, Olimpia sintió impotencia.
Convencida de que no se iba a quedar callada decidió mudarse a la CDMX en donde ideó y planificó la Ley Olimpia, una ley que penaliza la difusión de contenido sexual sin consentimiento, punible hasta con 6 años de cárcel. Pero aún con esta ley los agresores se burlaban de las consecuencias, mofándose diciendo que los pondrían en cárceles virtuales, no basta con que existan consecuencias, se debe realizar conciencia, difusión de esta ley.
Olimpia Coral Melo Cruz luchó por ella, por las demás, por las que pasaron por lo mismo y por las que lamentablemente podrían pasar, la Ley Olimpia es un gran avance en cuanto violencia digital se refiere, una necesidad que por alguna razón no había sido contemplada. Olimpia dio la visibilidad que se requería y se pedía a gritos, esta ley protege a cualquiera que sea víctima, hombre, mujer, menor de edad.
Personalmente pienso que Olimpia tuvo mucho coraje, mucho valor y mucha determinación para poder salir de la depresión, del dolor y del sentimiento de culpa que alguien en quien ella confiaba le causó, gracias a ella, a su mala experiencia y la red de apoyo con la que contaba hoy en día tenemos la Ley Olimpia.
Admiro a esta mujer que no se rindió, que luchó que busco la justicia y no solo para ella.
Esperanza Aguilar Solis Grupo de Genética I, 5237, semestre 2023-2.
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