La Paradoja de Género en la Olimpiada de Biología: ¿Más participación, menos premios?
En el ámbito de las ciencias —y particularmente en la biología— las olimpiadas de conocimiento representan un auténtico semillero de talento. Son espacios donde la pasión, la dedicación y el rigor científico se ponen a prueba. Por ello, cada vez que aparece un análisis sobre estos eventos, vale la pena mirarlo con atención.
Recientemente, la Revista Senda publicó el artículo “Estudio exploratorio: Relación entre los beneficios percibidos por los estudiantes y los resultados de la Olimpiada Universitaria del Conocimiento en el área de Biología” (Castañeda-Sortibrán, Carballo-Ontiveros, Mejía-Domínguez & Echánove-Cuevas), el cual destaca un dato que no puede pasar desapercibido.
Un hallazgo que invita a reflexionar
El estudio no solo examina los beneficios que los estudiantes perciben al participar, sino que también revela una dinámica de género tan sorprendente como preocupante. El artículo señala que, en varias ediciones —por ejemplo, en 2011 y 2021— la participación femenina ha sido mucho mayor que la masculina, lo cual es, en principio, una excelente noticia: muestra un interés notable y una fuerte presencia de mujeres en las ciencias biológicas a nivel universitario.
Sin embargo, el análisis de los resultados finales arroja una paradoja.
“...esta diferencia se revierte cuando se analizan las proporciones de género con respecto a las premiaciones, donde la proporción de hombres que ganan una medalla de oro o una mención honorífica supera el doble de la proporción de mujeres.”
No se trata de una ligera variación: es una brecha que se duplica a favor de los hombres en los puestos de honor, a pesar de su menor participación.
Ante esta evidencia, surge la pregunta inevitable: ¿qué está sucediendo? Como destacan los autores, esta diferencia “muestra que existe una posible disparidad de género en el desempeño de la olimpiada, la cual puede deberse a diversos factores”.
El artículo es contundente en su llamado: se requieren más estudios dentro del plantel para identificar los factores que generan esta disparidad.
Más allá de la participación
El estudio publicado en Revista Senda recuerda una lección fundamental: la participación es solo el primer paso. No basta con celebrar que más mujeres ingresen a estos espacios si el sistema no garantiza las mismas oportunidades para alcanzar los mejores resultados.
Los autores lo expresan con claridad:
“Es importante que se continúe fomentando la participación del alumnado, independientemente de su género, y que se combatan las disparidades no solo en la participación, sino también en el acceso al entrenamiento y a los recursos académicos.”
Un patrón que trasciende disciplinas
La brecha observada en las premiaciones de la Olimpiada de Biología no es un fenómeno aislado. Estudios en otros ámbitos, como el deportivo, muestran patrones semejantes.
Asimismo, Alpdoğan e İlhan (2025) muestran que, pese a los esfuerzos por promover la igualdad de género en los eventos paralímpicos, las brechas siguen siendo mayores que en los Olímpicos. Ganchar et al. (2023) destacan que variables de género influyen en el desarrollo de habilidades deportivas entre jóvenes, indicando que los factores que limitan las oportunidades de las mujeres operan en distintos niveles de competencia y visibilidad.
Estos estudios sugieren un patrón común: las estructuras sociales y organizativas continúan favoreciendo, de manera sistemática, el reconocimiento masculino.
Frente a ello, Alhejji et al. (2016) proponen la implementación de políticas organizacionales orientadas a la igualdad de género; sin embargo, su impacto depende de la voluntad institucional y del compromiso sostenido.
Una brecha que exige acción
La disparidad en las premiaciones —tanto en ciencias como en deportes y profesiones académicas— es un fenómeno multidimensional que refleja sesgos históricos y desafíos culturales persistentes. Promover la igualdad y visibilizar los logros de las mujeres no es solo un ideal: es una condición necesaria para transformar estas dinámicas.
Referencias
Alhejji, H., Garavan, T., Carbery, R., O'Brien, F., & McGuire, D. (2016). Diversity training programme outcomes: A systematic review. Human Resource Development Quarterly, 27(1), 95-149. https://doi.org/10.1002/hrdq.21221
Castañeda-Sortibrán, A. N., Carballo-Ontiveros, M. A., Mejía-Domínguez, N. R., & Echánove-Cuevas, D. A. (2023). Estudio exploratorio: Relación entre los beneficios percibidos por los estudiantes y los resultados de la Olimpiada Universitaria del Conocimiento en el área de Biología. Senda. https://www.orienta.unam.mx/senda/6/art3/
Daşkesen, S. S., & İlhan, E. L. In the Shadow of Double Disadvantage: Turkish Women Athletes' Participation and Representation in Paralympic Games. International Journal of Disabilities Sports and Health Sciences, 8(2), 227-236. https://doi.org/10.33438/ijdshs.1600006
Ganchar, I., Ganchar, А., Shevchenko, R., Ciorbă, C., & Medynskyi, S. (2023). Overview of the level of formation of swimming skills among the winners of the XX world aquatics championships. In Sport. Olimpism. Sănătate (pp. 52-55). https://doi.org/10.52449/soh23.18
Kovalchik,
S. A., & Stefani, R. (2013). Longitudinal analyses of Olympic athletics and
swimming events find no gender gap in performance improvement. Journal
of Quantitative Analysis in Sports, 9(1), 15-24. DOI: https://doi.org/10.1515/jqas-2012-0007
Mottiar, M. (2018). Because it’s 2018: women in Canadian anesthesiology. Can J Anesth/J Can Anesth 65, 953–954. https://doi.org/10.1007/s12630-018-1126-y
Schuckers, M., Lopez, M., & Macdonald, B. (2021). What does not get observed can be used to make age curves stronger: estimating player age curves using regression and imputation. arXiv preprint arXiv:2110.14017. https://arxiv.org/abs/2110.14017




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